Almas gemelas.

Hace aproximadamente 6 años, después de leer Brida y haber comenzado mi camino hacia el mundo de la Wicca, si me hubieran preguntado si creía en las almas gemelas hubiera contestado que sí. Brida, libro de Paulo Coelho escrito en 1990, habla precisamente de eso y de hecho, te explica claramente cómo puedes identificar a tu Otra Parte a través de la Tradición de la Luna y la Tradición del Sol.

Sin embargo, a pesar de que toda la lógica, he inclusive ciertas experiencias que he tenido en mi vida, me llevarían a creer más firmemente en ello, he llegado a la conclusión de que al final del día, o la noche, en verdad no importa (todo esto asumiendo que en verdad crean en la “Otra Parte” o “Alma Gemela”). Y la razón por la cual digo esto es porque hay muchas Otras Partes nuestras vagando por el mundo. (O al menos así debería de ser considerando que somos, ¿más de 6 millones de habitantes en el planeta?) Pero el que alguien pueda ser Otra Parte nuestra no significa necesariamente que éste nos complementaría de la manera necesaria. Es más, inclusive, debido a que es un pedazo de alguien o algo que fuimos anteriormente, esta persona podría parecernos completamente nefasta. Por lo tanto, esto no significa necesariamente encontrar a la persona con la que puedas pasar el resto de tu vida.

Por fortuna, este no es mi caso. Para mi el término Otra Parte es una plena escusa que al final sólo nos hace mofarnos de la vida e inclusive, en ocasiones, de ciertas creencias. El término es irrelevante, la persona es la que cuenta y la única que debe importar. ¿Qué significa que alguien sea tu alma gemela, de todos modos? Eso es algo que sólo tu puedes saber y descifrar. Y supongo que aquí es cuando regresa la creencia con las diferentes tradiciones y se vuelve muy personal el cómo nos damos cuenta de ello.

Sin embargo, creo que sólo un verdadero creyente podría de verdad “ver” quien es su otra parte. Y digo esto no porque crea que es necesario que las personas estén en la religión wicca o sea paganos y crean en el Dios y la Diosa para verlo, sino que este descubrimiento recae mucho más en el sentimiento y el la fe de las personas.

Es muy fácil confundir al amor e, inclusive, amar a una persona no significa que ésta sea para ti y creo que todos lo sabemos. Y es de hecho bastante difícil poder darnos cuenta de ello cuando en verdad amamos a esa persona porque, como dicen, el amor nos hace ciegos. Estoy segura que la mayoría de nosotros hemos dicho que pasaríamos el resto de nuestras vidas con alguien que terminó siendo completamente inapropiado para nosotros, pero eso es parte de la vida.

Si me preguntan a mí, encontrar a tu Otra Parte es como amor a primera vista. Suena como algo completamente ridículo y bastante cursi, pero si tuviera que resumirlo en pocas palabras, eso sería: Amor a primera vista. Es ver a esa persona en el lugar más inesperado y que algo en lo más profundo de tu mente te diga que lo volverás a ver, aunque ni siquiera hayas podido realmente dirigido la palabra o sabido su nombre. Es volverte a encontrar a esa persona y sentir mariposas en tu panza que no sabes ni porqué está ahí si apenas escuchaste su nombre en una conversación ajena y, sin embargo, si sus miradas llegan a cruzar, sientes la necesidad de acercarte a saber más.

Es tener esa primera conversación que nunca quieres terminar porque sabes que estás conociendo a la única persona porque podría estar de acuerdo con las cosas que le estás diciendo y porque sabes que nadie más podrá comprender lo que quieres decir más que el. Es mirar dentro de sus ojos por primera vez y perderte en su inmensidad y en un brillo que parece mágico, tan mágico que detiene el tiempo y te das cuenta que es a la única persona a la que puedes mirar a los ojos de esa manera. Y te percatas de que, cada que tu mirada se pierde en la suya, es como tocar su alma y, por un momento, no existe nadie más que el. Su tacto, te hace temblar con el más mínimo roce. Sus labios escriben poemas sobre tu piel y el calor de su respiración te hace perder el aliento.

Es tener a alguien que te apoya incondicionalmente, por muy diferentes que sus ideales puedan ser. Es pensar en “nosotros” en lugar de un tú o un yo. Es poder hacer todo juntos, no por necesidad ni mucho menos por dependencia, sino porque sabes que puedes hacerlo todo sólo y, sin embargo, compartirlo con esa persona lo hace más especial. Es estar cómodo haciendo todo y nada, sentir que todo es como debe de ser inclusive cuando sólo están tirados en la sala, leyendo o inclusive estudiando. Es poder trabajar juntos, desarrollar proyectos y sacarlos delante de una manera tan impresionante que nadie más podría hacerlo. Es compartir sueños y al mismo tiempo saber que lo único que importa es que ambos estén en ellos. Es saber que podrías dar tu vida, cambiarla toda para poder estar con esa persona y que, al final, ambos encontrarían una manera para unir sus vidas en lugar de sacrificarlas. Es como juntar todas las novelas de romance, extraer todos los finales felices y vivirlos día con día, por el resto de tu vida. Encontrar a tu Otra Parte es como la fotografía perfecta, es un momento suspendido en el tiempo que siempre será perfecto sólo que este momento, es cada momento que pasa con esa persona y, sin importa que sea, es inmortal y lo tendrás dentro de ti, siempre.

Encontrar tu Otra Parte es mucho más que ver un brillo en sus ojos o una estrella en su hombro. Y, si eres tan afortunado como para encontrarlo, jamás, JAMÁS, la dejes ir. Nadie podrá darte lo que éste te puede dar, nadie jamás te hará sentir o temblar como ella. Y nadie, jamás, te amará tanto como puede amarte tu Otra Parte. El destino y el azar no importan si puedes encontrarla. Es tuya, y nada ni nadie te pueden separar de ella. El lazo y la unión que se crea al encontrarla son tan fuertes que la distancia es inexistente y el tiempo es sólo un pretexto más. No hay escusas, sólo pretextos para estar con ella. Y lo más importante es, el mundo es inexistente. Nadie jamás comprenderá lo que esa persona significa para ti ni deben hacerlo. Importas tu y el. Todo lo demás, está de más.